Memoria de la actividad "Lucentum, ayer y hoy de una ciudad", llevada a cabo por alumnos, familiares y profesores del Colegio Sagrado Corazón. La actividad contó con una subvención de la Delegación de Madrid de la SEEC.

PROYECTO: “LUCENTUM, AYER Y HOY DE UNA CIUDAD”

COLEGIO SAGRADO CORAZÓN - CAPUCHINOS

Durante la pasada Semana Santa, el martes 16 de abril, algunos de los alumnos que estudian Cultura Clásica y Latín en 4º A de la ESO, acompañados de algunos de sus familiares y profesores, todos juntos, tuvieron una clase especial de Humanidades. No solamente por la fecha, ni por los participantes de este proyecto, sino también, gracias a la Delegación de Madrid de la SEEC, quien debido a la subvención que nos concedió para llevar a cabo este sueño y a quien agradecemos con todo el corazón, se convirtió en realidad un día familiar gracias al Mundo Clásico. La propuesta de que todos los participantes se diesen cuenta de que las Clásicas están presentes hasta en los lugares que mucha gente puede considerar más insospechados, fue una de las primeras ideas que afloraron en el comienzo de la expedición. Ese martes, el AVE Madrid-Alicante fue una de las gratas experiencias del día. Para algunos, era la primera vez que utilizaban este medio de transporte, que en menos de tres horas nos llevaría a nuestro destino. Allí, nos reunimos con los participantes que nos faltaban y comenzamos nuestro periplo de conocer una ciudad: Alicante, en su ayer y en su hoy. La primera parada era, como no podía ser de otro modo, el yacimiento arqueológico de Lucentum, al que nos dirigimos yendo hasta la Plaza de los Luceros y tomando el TRAM. Antes de nada, tuvimos nuestra primera parada en esta plaza, donde una de nuestras alumnas puso de relieve a las familias, la carga mitológica que se encuentra en su monumento, donde están presentes las Hespérides y hasta la misma Afrodita, representada saliendo de una concha marina, como en el famoso cuadro de Boticcelli. A las 11:30 estábamos en el yacimiento. Allí, junto a nuestra maravillosa guía, Beatriz, a quien tuvimos gracias a la subvención, todos pudieron pisar el suelo de la antigua Lucentum, ver los rastros de los carros que aún pueden vislumbrarse, las termas, el lugar donde apareció el único resto que hasta ahora conservamos de una empuñadura con un águila bicéfala y otras curiosidades, como el mosaico que se encuentra camino a donde está el reloj de sol. Tras el recorrido por el yacimiento, nos encaminamos hasta el MARQ. Allí nos esperaba nuestra nueva guía, Rosa, quien desde las 13:30 hasta pasadas las tres de la tarde, nos enseñó muchas de las salas del museo, deteniéndonos en la sala de Roma, donde pudimos ver los objetos reales que habíamos visto en copia en el yacimiento y otros más que hicieron que todos quedasen impresionados. Exhaustos, pero felices, y completamente imbuidos por el espíritu de nuestros antiguos, fuimos a comer junto al Mare Nostrum. Experiencia inolvidable. Tras recobrar las fuerzas, continuamos con nuestro proyecto en el Alicante actual. Desde la playa del Postiguet, pasando por el Puerto Marítimo, el parque de Canalejas, donde paramos a contemplar algún ficus de los que impone y a que el resto de alumnos compartiesen con las familias textos clásicos y biografías de personajes ilustres que se habían mencionado a lo largo de la mañana, al estudiar la Lucentum romana e ibera. Continuando con el descubrimiento de la ciudad y de lugares importantes para nosotros, terminamos el día disfrutando de un helado que sería el colofón de tan inolvidable y excelente experiencia. Antes de las nueve, nos habíamos despedido de algunos de los participantes que se quedaban a disfrutar del resto de las vacaciones por allí, y los demás regresamos de nuevo en el AVE que nos condujo a Madrid, siendo conscientes de que llevábamos en el alma un poco más el acercamiento que el estudio de las materias de Clásicas nos aporta en nuestra vida diaria, haciendo realidad la inversión de la cita de Séneca:

Non scholae sed vitae discimus.

Elena Coelho